TRES

TRES

  15:10    CINESPORNO

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"Sábado, 3 p.m. Menos de cinco soles y una erección. Es todo lo que se necesita para visitar una sala como el cine Tauro. El horario hace la visita más clandestina. Luz en el exterior, oscuridad en el interior. Me instalo en el segundo piso, prendo un cigarrillo. No se ve mucho. Hay pocas personas en la sala. Ya se ve con más claridad. 

Me ubico en la primera fila, pegado al corredor. Hay un pata de alrededor 30 años sentado dos asientos a mi derecha. Está en shorts. Piernas gruesas, lampiñas, trigueñas, buen cuerpo algo chato. Se soba la entrepierna. Hago lo mismo. Cruce de miradas como quien no quiere la cosa. Estoy apunto de acercarme y llega un tercero. Un flaco, alto, ligeramente amanerado. Se sienta a su costado y todo lanza empieza a sobarle la pinga por encima del pantalón. Se la saca y de frente a la boca. Es una verga gruesa, mediana de tamaño y bien parada. El pata me mira y yo sigo sobando lo mio por encima del pantalón. Me hace una seña para que me desabotone. Lo hago y ahí estoy pajeando a dos asientos de la acción. 

Decido acercarme de todos modos. El pata ahora ya no me mira. Está ensimismado recibiendo su mamada. Sus jadeos me calientan. En ese momento siento la pierna del pata. La está presionando contra la mía. Quiere algo. Hago lo mismo con mi brazo. Mientras me la pajeo. El pata ahora pone la vista en mi miembro. Lo mira pero no hace nada.

Entonces el flaco mamón recibe una llamada a su teléfono celular y sale de la sala a responderla. El pata empieza a pajearse. Yo no me he detenido, la tengo mojada, le hecho un poco se saliva para que resbale más aún. El pata me mira y en ese momento ya estoy muy arrecho como para no hacer algo. Lo agarró del cuello y nos damos un beso con lengua. Le muerdo ligeramente el labio y el pata jadea como si estuviese experimentando un orgasmo.

En ese momento empezamos un cruce de espadas. La tiene muy dura. Fierro. Se siente muy bien apretar una pinga muy dura, mientras hacen lo mismo contigo. Me pide que se la chupe pero no accedo. En cambio, decido bajar mis dedos por sus testículos y luego a su ano. Nuevamente el mismo jadeo de hace unos minutos. Entonces me mojo un par de dedos con saliva y empiezo a jugar por su culo. Su short que estaba solo desabotonado termina en sus talones. Ahora si estamos muy excitados. Levanta las piernas y las coloca sobre el balcón del mezanine, de esa manera puedo jugar mejor con su culo. Primero, uno, luego dos finalmente tres dedos entran ahí. No hemos dejado de pajearnos. Me pego a su asiento, sobo mi pinga por sus piernas. El va a mi asiento y me besa, lo vuelvo a morder. Estamos realmente excitados y excitando a una audiencia que se ha empezado a formar a la redonda.

Al pata le gusta besar y se nota que disfruta mucho de las mordidas que le doy. En un momento del chape aprovecho para bajarle la cabeza hacia mi pinga y no tengo que hacer mucho esfuerzo para que me la mame. Se la mete enterita. Me gusta eso. Le empujo más la cabeza. Que sus labios choquen con mis testículos. Además, en esa posición su culo queda a mi disposición. Juego, una, dos y tres veces más con mis dedos y mi saliva. En ese momento regresa el flaco amanerado. Mira la escena y se quita.

El culo del pata ha dilatado mucho y eso me excita demasiado. Se abre y cierra con el toqueteo de mis dedos. En ese momento me agacho, me pongo en cuclillas en el piso, le levanto una pierna y le meto la lengua al culo. El pata empieza a jadear. Eso me excita más. Sus piernas son duras y muy bien formadas. Le lamo un poco el muslo y regreso a su culo. El pata se esta pajeando más fuerte. En ese momento me dice que ya no aguanta más y que va a acabar. Regreso a mi asiento para el acto final. Quiero acabar también. Agarro su pinga y lo ayudo a acabar. La sostengo firmemente, la siento vibrar, palpitar. Esta apunto de explotar. En ese momento se levanta su polo y agarra su pinga dirigiéndola hacia su pecho. Tiene buenos pectorales también.  En ese momento empiezan a salir los chorros de leche, espesa. Uno, dos, tres chorros, salen con mucha fuerza, el resto es expulsado por el movimiento de su mano.

Ahora me toca a mi, estoy apunto de explotar. Ahora es. Aprieto mi verga con fuerza y bastan dos o tres sacudidas para empezar a chisguetear la pared del balcón. Mucha leche por todas partes. Un beso de despedida. La ropa se acomoda y cada uno toma su camino.

Prendo un cigarrillo. Decido permanecer en la sala, doy una vuelta por el primer piso.

CONTINUARA